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sábado, 26 de febrero de 2011

ESTANQUE DE SANACIÓN

EL ESTANQUE  DE SANACIÓN
“Hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En estos yacía una multitud de enfermos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel venía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua; quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.”  S. JUAN. Cap. 5
Un día Jesús llegó hasta allí de visita, ya que apareció el lugar en su camino, observó todos los detalles del estanque mágico. De hecho  se enteró de los pormenores del sitio. Pudo ser conmovido por unos rumores  estadísticos que señalaban a un parapléjico de ser el más antiguo de estar allí, ya que este había visto sanar a muchos colegas de dolor, ante su incapacidad de desplazamiento para  llegar al estanque removido. Pese a su desventaja se divertía al ver curar a sus vecinos; y por este motivo decidió  permanecer allí para siempre, pues mantenía una llamita de fe adherida a su corazón que le daba la esperanza de sanarse, aunque no sabía como y por esto tomó la determinación de vivir en Betesda, pues su única obsesión era volver a caminar.
Un pariente lo había acompañado en los primeros meses por las tardes dispuesto a cargarlo al estanque en el momento preciso, pero el ángel no apareció cuando él fue. El pariente también gestionó  entre varios familiares para hacer turnos y colaborarle al enfermo. Entonces tuvo que viajar y nunca concretaron nada. Por lo tanto, el parapléjico llegó a concluir que el necesitaría  de un asistente  lleno de salud y voluntad, caritativo que se compadeciera para asistirlo en la carrera por tocar el agua recién agitada por el adonis con alas de paloma gigante y lograr el milagro.    
Entre los enfermos que yacían alrededor del  estanque de Betesda se hallaban: sordomudos, ciegos, leprosos, paralíticos y todos los que decían padecer fuertes dolencias. Nadie podía estar dentro, ni tan cerca del estanque porque sino el ángel no venía a mover el agua. El alado ser  siempre aparecía  cuando los presentes estaban descuidados. La última curación fue una semana antes, había sido un vecino ciego del paralítico al que él  le había anunciado al oído: “¡Hermano el agua  empieza a moverse!”. El ciego se lanzó en veloz carrera hacía estanque y lo logró.
Jesús se acercó al paralítico, enterado de que tenía 38 años con la paraplejia  y le dijo: ¿quieres ser sano? El lo escuchó  pensando que el hombre que le hablaba era algún ignorante conmovido con su tragedia y de pronto podría ser el asistente caritativo que estaba esperando. “Amigo no tengo quien me cargue  hasta el agua milagrosa” y le explicó que siempre que el ángel había agitado el agua, otros llegaban más rápido que él.
Frente a esta situación Jesús le dijo:”Levántate, toma tu lecho y anda”. Y al instante aquel hombre fue curado, ante la incomodidad de los sorprendidos incrédulos. Entones los fariseos interrogaron al curado y todo el milagro lo atribuyeron a poderes satánicos; por haber sido consumado el día de descanso sin apreciar que una magia semejante, solo puede venir del poder del Dios mayor.

1 comentario:

  1. felicitaciones gabriel por hacer mas visible su trabajo, esto ayuda para el proceso de muchas personas en la region.

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